Bryan Viáfara y Valentina Martínez

Nuestro propósito en Bananá es inspirar a las personas a compartir su energía natural a través de nuestras tortas artesanales. El negocio surgió cuando Valentina llevó las tortas a una mesa en la que yo compartía con mis amigos, le entregué a cada uno una porción y después de que la probaron les dije: “Me deben $2.000”.

Luego ganamos una asesoría con una empresa en la que nos dijeron que no éramos rentables, que debíamos bajarle peso a la torta y subirle el precio. Pensamos que nadie nos iba a volver a comprar, pero nos llenamos de energía, mejoramos el servicio al cliente y la gente nos siguió comprando, y hasta adquirimos nuevos clientes. Quedar entre los 30 finalistas y ganadores de un fondo, entre 1.200 participantes, ha sido el momento más importante de Bananá.

Con Bananá hemos aprendido que aunque los caminos sean diferentes, siempre nos llevan a algún lado porque estamos abiertos a lo que nuestros sueños nos digan.